LAS VOCES DEL FRÍO por Isaac Páez

Isaac Páez
Las voces del frío
XXV Premio Certamen de Poesía Ernestina de Champourcín 2014
Diputación Foral de Álava.
El amigo Isaac Páez despliega en este poemario un camino de búsqueda hacia la claridad. Un viaje en soledad hacia la tierra de los pájaros y los árboles, con paradas en la piedra, en el fuego y la ceniza.
Se percibe mucha presencia de la naturaleza, a veces muerta en las cunetas, como ese galgo que hiere las pupilas.
Un canto a los elementos como la piedra, la dureza en la tierra; a los pájaros, fragilidad y movimiento por el cielo; a los árboles (encina, higuera), que se sitúan entre el cielo y la tierra, que acogen a los pájaros y están enraizados en la tierra
Dejo algunos versos copiados o versionados por mi de los capítulos del libro:
Discurso de la claridad
La claridad se hace palabra en un canto de la conciencia, la claridad siempre viene del cielo, es un don, siempre los pájaros como puñales por el cielo.
Vemos reflejos en los brotes de la higuera y en la savia de los ojos, cenizas de la carne y el sexo en la geografía del alba.
Sólo el ave canta tu nombre con pupilas de arena.
El aliento golpea en la piedra, golpes de palabra y silencio en la arcilla. El primer hálito del primer hombre, la lluvia y el barro de la primera mujer.
Las voces de la infancia como cicatrices en la sangre, la eternidad muere en lágrimas de la memoria.
Diario del cazador
La caída del ave por la boca de las sombras
la sangre de los venados se adueña del alba
nunca se queja el ave que recibe el disparo
los perros trasladan aves muertas:
jamás estuvieron tan cerca de la luz
Descripción del camino
la paciencia de las piedras
el corazón sin prisa de los árboles
la encina en movimiento hacia la claridad
el cadáver de un galgo mordiendo las pupilas
la sed es el lenguaje de los desesperados
la sangre de los mirlos en la tierra
el miedo de los niños al invierno
un incendio de amapolas invade mi esperanza
nadie me acompaña en mi viaje
Apenas un árbol me recibe
su sombra y mi sombra ahora son una
lo que la luz unió
jamás podrá separarlo el tiempo.
Nómina de insomnios
También tú ardes de ausencia en este día
has nacido llorando,
más tarde entenderás por qué
hoy recordarte
será como llorar sobre una fuente:
inútil y bellísimo.
El retorno
He dejado la casa bajo el sol
con la cal calcinada en las pupilas
y los muros heridos por la luz
las hojas de la higuera vienen del aire
y acaban siendo pisadas en la tierra.
y entiendo que la sed y la fe son similares
porque sólo pueden saciarse en soledad.
Encender un fuego en medio de la noche
es reconocer la soledad.
Lloras porque no entiendes la luz.
Déjame que yo te llame árbol o rama
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