DOS POEMAS Y DE PÁJAROS INVISIBLES por Philippe Jaccottet

 

EL IGNORANTE

Cuanto más envejezco, más crezco en ignorancia,
cuanto más he vivido, menos poseo y menos reino.
Todo lo que tengo es un espacio alternativamente
nevado o brillante, pero nunca habitado.
¿Dónde está el dador, el guía, el guardián?
Permanezco en mi cuarto y de momento me callo
(el silencio, como un sirviente, viene a poner un poco de orden),
y espero a que las mentiras se aparten una a una:
¿qué queda? ¿Qué le queda a quien muere
que le impide morir? ¿Qué fuerza
le hace hablar aún entre sus cuatro paredes?

— 

LA VOZ

¿Quién canta ahí cuando toda voz se calla? ¿Quién canta
con esta voz sorda y pura un canto tan bello?
¿Será fuera de la ciudad, en Robinson, en un
jardín cubierto de nieve? ¿O es ahí, muy cerca,
alguien que no sospechaba que se le escuchase?
No nos impacientemos por saberlo,
pues no de otro modo precede al día
el pájaro invisible. Tan sólo permanezcamos
en silencio. Una voz sube y, como un viento de marzo
restituye su fuerza a los bosques cansados, nos llega
sin lágrimas, más bien sonriendo ante la muerte.
¿Quién cantaba ahí cuando se apagó nuestra lámpara?
Nadie lo sabe. Pero sólo puede oír el corazón
que no busca posesión ni victoria.

Ambos poemas pertenecen al libro «El ignorante» 1957
Traducción de Rafael-José Díaz

— 

DE PÁJAROS INVISIBLES

Entonces, ¿qué es lo que hubiera querido decir? La emoción (exaltante, purificadora), penetrante hasta lo más profundo de oír, hallándome sobre una vasta extensión de tierra, de bosque, de roca y de aire, las voces de pájaros invisibles suspendidas en diversos puntos de esta extensión, en la luz. No se trata de un ejercicio de poesía. Me gustaría comprender esta especie de habla. Tras lo cual (e incluso sin haberla comprendido, lo que tal vez fuera mejor), me alegraría hacerla irradiar en otro lugar, más lejos. Busco palabras lo bastante transparentes para no ofuscarla. Sé por experiencia (pero lo adivinaría igualmente sin ella) que he tocado ahora esta inmediatez que es también la más profunda profundidad, esa fragilidad que es la fuerza duradera, esa belleza que no debe ser diferente de la verdad. Está aquí y allá, repartida en el día, y las palabras no logran abarcarla, o se separan de ella, o la alteran. Las imágenes, a veces, esclarecen uno de sus lados, pero para dejar los otros a oscuras; y el enunciado directo, el más simple, algo así como “la extensión está poblada de pájaros invisibles que cantan”, lo que soñamos con obtener, una línea sin ornamentos y sin rodeos, trazada con modestia, casi con ingenuidad, ¿será lo que nos va a ser imposible de alcanzar? Parece que habría que dormir para que las palabras vinieran solas. Haría falta que ya hubiesen venido, incluso antes de haber pensado en ellas.

Fragmento de Pájaros invisibles, del libro Paisaje con figuras ausentes (1970)
Traducción de Rafael-José Díaz

 

Comentarios Facebook
Share
DOS POEMAS Y DE PÁJAROS INVISIBLES por Philippe Jaccottet

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.